PANORAMA REGIONAL | Políticas de igualdad de género: una herramienta clave para combatir las brechas en nuestros sindicatos

PANORAMA REGIONAL | Políticas de igualdad de género: una herramienta clave para combatir las brechas en nuestros sindicatos

La RED de Trabajadoras de la Educación de la IEAL trabaja junto a organizaciones afiliadas en la formulación de políticas de igualdad de género

Por Alina Rodríguez Rodríguez
Comunicadora, IEAL 

En la RED de Trabajadoras de la Educación de la Internacional de la Educación América Latina (IEAL) siempre resaltamos un dato importante: alrededor del 70% de las personas afiliadas a los sindicatos de la educación en América Latina son mujeres. Al ser la docencia una profesión históricamente feminizada, tiene sentido que esta proporción sea así. 

Sin embargo, lo que no deja de sorprender es que esta estadística no se vea reflejada en los puestos de representación. Por décadas, estos han sido ocupados solamente por hombres, lo que ha dificultado no solo el ejercicio del liderazgo de las mujeres, sino también la visibilización de sus retos y preocupaciones. 

Maritza Rojas es investigadora y consultora de la IEAL. Durante los últimos años, ha sido la encargada de acompañar el proceso de elaboración de la política de igualdad de género en algunos sindicatos afiliados a la IEAL. Conversamos con ella sobre la importancia de contar con herramientas puntuales que guíen los esfuerzos en la eliminación de las barreras y obstáculos para la igualdad sustantiva en los sindicatos.

Rojas es clara al afirmar que: “Cuando no hay espacios de participación para mujeres hay una invisibilización de sus problemáticas, hay poca empatía para entender cuáles son las preocupaciones de la mayoría de las personas afiliadas porque quienes están en puestos de poder no las viven igual”. 

“Cuando no hay espacios de participación para mujeres hay una invisibilización de sus problemáticas, hay poca empatía para entender cuáles son las preocupaciones” Maritza Rojas

El proceso para lograr la igualdad es complejo y no se da de un día para otro. La desigualdad entre mujeres y hombres es un elemento estructural de nuestros países y, por tanto, forma parte de la cultura y de las prácticas cotidianas de las personas y las organizaciones. Por esto, desde la IEAL, y específicamente la RED de Trabajadoras de la Educación, hemos impulsado la creación de políticas de igualdad de género dentro de nuestras organizaciones afiliadas. 

La política de igualdad de género es un documento político y estratégico que expresa el compromiso de la organización sindical con los principios y objetivos de igualdad de género. Incluye la estrategia global planteada implementar y los mecanismos para ponerla en marcha. 

Según Rojas, es importante entender que “la gente piensa que una política de género es una política para las mujeres o promujeres, pero, en realidad, lo que buscamos es poder identificar cuáles son las brechas entre hombres y mujeres para poder saber cuáles son los nudos críticos que hay que trabajar”. 

El proceso que Maritza ha acompañado, junto con Gabriela Sancho, coordinadora de la IEAL y de la RED de Trabajadoras de la Educación, tiene varias etapas que contemplan el diagnóstico de la realidad del país y de la realidad de compañeras y compañeros —tanto en las organizaciones sindicales como en sus centros educativos— a través de revisión documental y encuestas, talleres virtuales y presenciales con mujeres de la organización, y el análisis y sistematización de todos los hallazgos para consolidar el documento de la política. 

Identificar las preocupaciones de las mujeres

Maritza explica que el proceso de diagnóstico a la hora de elaborar una política de igualdad de género es sumamente importante, pues permite conocer el contexto de las mujeres de la organización, así como las problemáticas enfrentadas tanto en su vida privada, como en la laboral y sindical. 

La revisión de estadísticas en temas de violencia contra las mujeres, participación política y otros es un reto debido a la falta de un enfoque de género de parte de los países a la hora de recolectar datos; sin embargo, con la información disponible, sumada a talleres realizados con afiliadas a las organizaciones, se logra entender cuál es la situación de las trabajadoras de la educación. 

Entre los principales hallazgos repetidos de una organización a otra, está la existencia de muchos problemas de violencia contra las mujeres en el ámbito privado. Esta situación, aunque no se dé a lo interno de los sindicatos, dificulta la participación de las mujeres y su militancia. 

Otra limitación importante para la participación de las mujeres es la falta de empoderamiento y conciencia del trabajo en temas de género de parte de las mujeres afiliadas. En muchos casos, esto refleja la necesidad de procesos de capacitación y formación política sindical con enfoque de género. 

Un trabajo de todos y todas

Lamentablemente, las limitaciones para la participación de las mujeres no se encuentran solo a lo externo de las organizaciones. 

La mayoría de sindicatos y centros educativos carecen de reglamentos y normativas para abordar situaciones de acoso y hostigamiento sexual. “Los códigos de conducta deben ir más allá del impulso a convenios internacionales como el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tenemos que definir cuál es la posición del sindicato frente a estas faltas cuando una persona agremiada es quien las comete”, aseguró. 

“Los códigos de conducta deben ir más allá del impulso a convenios internacionales como el Convenio 190 de la OIT” Maritza Rojas

“El hostigamiento es un comportamiento que se encuentra, no en todas, pero en muchas organizaciones y que ha sido normalizado”, añadió. Según explicó la experta, en algunas ocasiones, son decisiones difíciles de tomar, pues los compañeros temen que estas normativas se conviertan en ataques hacia ellos, obstáculo superable solo a través del trabajo en el cambio cultural con todas las personas de la organización y en la construcción de nuevas masculinidades. 

Según la experta, uno de los aspectos sobresalientes al realizar los talleres es la manera en que las mujeres y los hombres asumen de manera distinta el liderazgo y el poder. 

“Para los hombres no hay cuestionamiento de que quieren el poder y se lo merecen, y es normal que participen en esos espacios. Para las mujeres no. Entonces, también hay que trabajar en la reconfiguración de qué significan estas nuevas masculinidades que permitan más espacios para ceder el poder: la conclusión es que se debe trabajar con los hombres también”, explicó.

Además, aseguró que para las mujeres también es importante reflexionar sobre el tema identitario: en la educación, hay un discurso instaurado según el cual las educadoras son las segundas madres, entonces, “todo lo pueden”. 

“La maestra es maestra, psicóloga, es enfermera, la segunda madre, la que se encarga, la que cuida a los niños y niñas. La reproducción de estos procesos es muy fuerte porque tiende a reproducir figura de maternalización, que es una figura de sacrificio y puede caer en decir que otros merecen estar en puestos de toma de decisiones y ellas no”, explicó. 

Cambio sostenible 

Si bien el proceso de la elaboración de la política de igualdad de género ha sido valioso, Rojas explicó que, una vez sistematizados los resultados, se debe garantizar que esta permita un cambio real. 

Esto se logra al definir una política de mediano o largo plazo, la cual se pregunte cuál es el cambio esperado por la organización y defina mediciones periódicas para dar seguimiento a la manera en que se manifiesta ese cambio, quién se va a encargar de las tareas específicas y qué recursos se van a destinar, es decir, institucionalizar en la organización la política de igualdad. 

El principal reto para una política de igualdad de género exitosa es la voluntad política

“Si no se tienen acciones claras con cumplimientos, donde sean las propias mujeres quienes hagan la vigilancia, nada hacemos con hacer una política. Por eso, la importancia de que la política sea construida desde las bases”, explicó Rojas. 

Sin embargo, también recalcó la necesidad de que la jerarquía sindical se involucre en el proceso, pues, una vez aprobada, el principal reto para una política de igualdad de género exitosa es la voluntad política. 

Empoderar a las mujeres y abrir espacios para ellas dentro de las organizaciones también es una manera de atraer nuevas afiliaciones. No se puede concebir un movimiento sindical sin políticas claras de participación, empoderamiento y formación de las mujeres, para que los sindicatos sean realmente democráticos y representativos. 
 


Tres países, tres experiencias

La RED de Trabajadoras de la Educación de la IEAL, junto con la consultora Maritza Rojas, han acompañado un proceso de elaboración de políticas de igualdad de género a cuatro organizaciones de tres países de la región: Paraguay, Perú y El Salvador. 

Este proceso inició con un diagnóstico dentro de las organizaciones, cuyos resultados están siendo sistematizados y quedarán plasmados en el documento final de estas políticas. 

Hablamos con mujeres representantes de tres de estas organizaciones para que explicaran el trabajo realizado, los principales hallazgos y la importancia de esta iniciativa para sus organizaciones. 

Paola Giménez, Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay-Auténtica (OTEP-A) 

Paola es la responsable política de la Secretaría de la Mujer de su sindicato, instancia existente desde los inicios de esta organización. Desde allí, han procurado trabajar el tema de formación política y formación de género para atender las necesidades de las mujeres afiliadas que sufren las consecuencias de un país donde la seguidilla de gobiernos conservadores han permitido la profundización de la violencia de género. 

“Es un paso muy importante que tenemos que dar como organización para profundizar la participación política de las mujeres” Paola Giménez

En este contexto, un grupo de mujeres de OTEP-A ha participado en los talleres para la elaboración de la política de igualdad de género, un proceso que ha venido a fortalecer los esfuerzos ya realizados por la organización. 

“Es un paso muy importante que tenemos que dar como organización para profundizar la participación política de las mujeres, dar la discusión de qué entendemos nosotros como igualdad de género y cómo concretar esto en términos de la política sindical”, reflexionó. 

Explicó que, desde la Secretaría, han intentado desarrollar herramientas para apoyar a las compañeras que sufren de violencia doméstica. “Aunque no podemos suplir el rol que deberían cumplir las instituciones del Estado, es una cuestión urgente y no podemos darles la espalda”, aseguró. 

Paola resaltó como uno de los ejes de trabajo más importantes la formación política de las mujeres de la organización. Señala que, en un momento en el cual hay compañeros acogiéndose a la jubilación, y ante el fuerte avance de discursos religiosos, es particularmente relevante acercar a las mujeres e incorporarlas a la dinámica del sindicato. 

Por otro lado, aseguró tener clara la necesidad de alguna reflexión sobre cómo incorporar a las compañeras de pueblos indígenas. Actualmente, están impulsando que la Mesa Nacional de Pueblos Indígenas designe a dos mujeres para incorporarse en el equipo nacional. 

Entre las principales limitantes identificadas en el proceso, Paola resalta los obstáculos representados por la conciliación de las tareas de cuido que recaen en la mayoría de mujeres con la labor sindical. 

Considera que una de las prioridades en la agenda de la organización debe ser presionar por el cumplimiento de la ley sobre guarderías escolares. Por el momento, el sindicato busca maneras de cubrir esta necesidad y ya están implementando servicios de cuido en algunos departamentos. 

“Tenemos la expectativa de seguir acompañando este proceso que venimos defendiendo desde la instalación de la organización. Que más compañeras puedan abrazar este trabajo, fortalecer el equipo mujer y fortalecer los procesos de empoderamiento”, aseguró al pensar en la perspectiva a futuro. 

“Es un desafío para nosotras. Tenemos que apropiarnos como organización, la política no puede quedar escrita nada más”, finalizó. 

Rosa María Leyzaquía, Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP)

Rosa ocupa la Secretaría de Equidad de Género de SUTEP y reconoce que, a través de los talleres para la política de igualdad de género, ha descubierto nuevas posibilidades del cambio que puede generar desde este espacio. 

En Perú, al igual que en otros países de la región, la pandemia disparó los datos de violencia de género. Hay un panorama alarmante de desprotección para las mujeres y, particularmente, para las niñas. 

“A las mujeres nos hacían mucha falta los espacios de conversación como mujeres, como docentes y como sindicalistas” Rosa María Leyzaquía

Por esto, desde SUTEP han realizado diversos talleres sobre enfoque de género e igualdad “pero no habíamos tenido la oportunidad de darle un seguimiento y que se convirtiera en algo más concreto”.

“Las mujeres que empezamos trabajando en 2020 y las que estuvimos en el último taller somos otras”, asegura al referirse al cambio de sus compañeras a partir de estos procesos. Uno de los hallazgos más importantes de este proceso ha sido que “a las mujeres nos hacían mucha falta los espacios de conversación como mujeres, como docentes y como sindicalistas”. 

“El tema del enfoque de género se ha venido trabajando, pero no era una columna vertebral. Se trabajaba con los estudiantes, pero nunca partiendo de nosotras y nuestra realidad como maestras o dentro de la organización”, añadió. 

Para Rosa, el proceso le ha permitido a las mujeres identificar como violencias algunas situaciones anteriormente normalizadas. Por ejemplo, señala que antes no veían como violencia la recarga de tareas que las obliga a hacer de maestras, madres, psicólogas, enfermeras, etc. Igualmente, identificaron la exclusión de espacios de toma de decisión en los cuáles no se sentían involucradas. 

“Hoy se visibilizan más compañeras en la estructura sindical, pero ellas ahora tienen la meta de cambiar el estatuto y avanzar a una mayor representación”, explicó. 

Añadió que estas medidas deben ir acompañadas de formación que permita a las mujeres, por un lado, sentirse capaces de estas tareas y a los hombres dentro de la organización, por otro, estar dispuestos a ceder algunos de estos espacios, pero también a escuchar las vivencias de sus compañeras. 

Los hallazgos de los talleres con las mujeres de SUTEP están en proceso de sistematización y, una vez terminada esta etapa, se podrá someter la política de igualdad de género a votación. 

“Ahora el reto es visibilizar todos los liderazgos de las compañeras que han crecido en este proceso. Verlas más empoderadas, hablando con más fortaleza, con seguridad dirigiéndose a las masas”, recalcó. 

Rosa aspira a que la política de igualdad de género permita a la organización dar seguimiento a estas iniciativas más allá de si es ella o alguien más quien ocupa el puesto de la Secretaría. “Queremos que pueda haber cambio en la persona y tener continuidad”, concluyó. 

Gloria de María Roque, Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños (ANDES 21 DE JUNIO)

Al comparar con otras organizaciones de su país, Gloria de María Roque — secretaria de la mujer de ANDES 21 DE JUNIO — agradece los espacios de participación para sus afiliadas ofrecidos por su sindicato. 

“Muchas veces si en las organizaciones se toma en cuenta a las mujeres es solo para el acompañamiento de lucha en la calle, pero no para ocupar roles importantes”, explicó. 

“Las mujeres hemos recibido este proceso muy agradecidas con la dirigencia nacional por la voluntad política” Gloria de María Roque

Sin embargo, en un país donde la violencia doméstica, el acoso laboral y el acoso callejero son tema de todos los días para las mujeres, la dirigente reconoce la importancia de espacios como los talleres para la elaboración de la política de igualdad de género. 

Al igual que en otros sindicatos, explica que, aun cuando se den los espacios, las mujeres siguen teniendo limitaciones, pues dependen del permiso de sus esposos para participar o incluso hay situaciones en las cuales aseguran no sentirse capaces. 

“Las mujeres aún estamos comprometidas en primer lugar con los asuntos del hogar, y esos patrones dificultan que podamos asumir puestos tanto dentro del sindicato como en la escuela”, explicó. 

Por esto, Gloria considera como uno de los principales hallazgos de los talleres la necesidad de formación que despierte el interés de las mujeres por involucrarse en actividades gremiales. Esto es “importante para nosotras porque solo a través de la sindicalización podemos encontrar a quien luche por nuestros intereses”, reflexionó. 

Gloria señala otras problemáticas de las docentes que surgieron en este proceso como la necesidad de guarderías para que puedan dejar a sus hijos e hijas durante las reuniones, así como la dificultad de algunas para llegar a actividades sindicales, puesto que este traslado puede ser riesgoso. 

El proceso de la elaboración de la política de igualdad de género está también muy avanzado en esta organización. La política debe ser sistematizada, luego socializada con todos los departamentos y, finalmente, aprobada por el consejo ejecutivo. 

“Las mujeres hemos recibido este proceso muy agradecidas con la dirigencia nacional por la voluntad política”, afirmó al señalar que la dirigencia de su organización está comprometida con esta iniciativa, un requisito importante a la hora de darle continuidad a procesos como este. 

Lea y descargue la Revista RED Vol. 9 2023 en este enlace o a continuación.