PANORAMA REGIONAL: La lucha por la aprobación del Convenio 190 en América Latina avanza lentamente, pero urge más que nunca

PANORAMA REGIONAL: La lucha por la aprobación del Convenio 190 en América Latina avanza lentamente, pero urge más que nunca
América Latina

Mientras siete países de la región ya han aprobado el documento, los demás caminan a distintos ritmos y enfrentan presiones de diversos sectores, en la lucha por un mundo laboral más equitativo

La lucha por el reconocimiento del derecho a una vida laboral libre de acoso y discriminación, a través de la ratificación y puesta en vigencia del Convenio 190 sobre la violencia y el acoso (C190) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), avanza lentamente en la región latinoamericana, pero es más urgente que nunca.

Tras casi tres años de una pandemia que generó una crisis económica y laboral en todo el mundo, al tiempo que profundizó el desempleo, la desigualdad y los ataques contra los derechos laborales; diversos estudios y organismos internacionales señalan que es previsible un incremento en el acoso y la discriminación en el lugar de trabajo, especialmente el motivado por razones de género.

La misma OIT señaló en su informe Panorama Laboral, emitido en febrero de este año, que, tras dos años de pandemia, la recuperación del empleo ha sido insuficiente en América Latina y el Caribe. La región sostiene una tasa de desocupación de 9,6 % y tiene a una de cada dos personas trabajadoras en la informalidad.

Además, el informe señala que la tasa de desocupación de las mujeres se mantiene en 12,4 % desde 2020, es decir, no ha experimentado ninguna mejoría, lo que, sin duda alguna, contribuye a amplificar el impacto de la crisis sobre la desigualdad de género en el trabajo.

Así, con la amenaza latente de perder el empleo y ser reemplazada, siendo que una buena parte de las mujeres están buscando empleo, las posibilidades de que una trabajadora sea víctima de acoso o discriminación aumentan, así como las probabilidades de que no denuncie, especialmente si no tiene herramientas legales para defenderse.

Al mismo tiempo, el continente entero experimenta una avanzada de sectores políticos, sociales y religiosos ultra conservadores que antagonizan los derechos conquistados de las mujeres y las poblaciones sexualmente diversas, lo que también atenta contra su derecho a una vida laboral libre de acoso y discriminación.

En ese contexto, se vuelve urgente profundizar las luchas por la aprobación del C190,el cual delimita un marco común de normas laborales que los países deben acatar para prevenir, remediar y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, incluidos la violencia y el acoso por razón de género.

Recuento de las conquistas

Si bien la mayor parte de los países no han aprobado el convenio y su discusión ha topado con una oposición férrea de los sectores empresariales, siete países de la región han marcado el camino por seguir y han logrado que el texto se ratifique.
Uruguay fue el primer país del mundo en ratificar el documento. Tras ser adoptado por la conferencia de la OIT el 21 de junio de 2019, el documento pasó al parlamento y tuvo su primera ratificación en 17 de diciembre del mismo año y la segunda el 15 de junio de 2020, cuando se aprobó como la Ley n.º 19849.

En el momento de la aprobación, el Director General de la OIT, Guy Ryder, afirmó que el C190 era “más que nunca, de extrema importancia” durante la pandemia de la COVID-19, pues desde el inicio de la crisis salieron a la luz muchas formas de violencia y acoso relacionadas con el trabajo y consideró que era “de esperar” que otros países imitaran a Uruguay y procedieran a la ratificación.

Durante el 2021, dos países de la región siguieron sus pasos y ratificaron el C190. 

En Argentina, la normativa fue aprobada por la Cámara de Diputados el 23 de febrero de ese año, con 241 votos a favor, dos abstenciones y uno en contra. Así, se convirtió en el tercer país del mundo en aprobarlo, solo detrás de Uruguay y Fiji, y, un año después, el documento entró en vigor.

En Ecuador, el documento se ratificó ese mismo año, el 19 de mayo, por unanimidad en la Asamblea Nacional. El mencionado convenio entró en vigor un año después y, según consignaron medios locales, el gobierno, a través del Ministro del Trabajo, Patricio Donoso, se comprometió a implementar “la hoja de ruta que nos permita dar cumplimiento a lo establecido en el Convenio, pero debemos tener presente que el esfuerzo es de todos, debemos actuar todas y todos y actuar ahora desde el Gobierno del Encuentro nos comprometemos a lograr un Ecuador con un Mundo de Trabajo sin violencia y acoso”.

Durante el 2022, cinco países más se han sumado a la lista, comenzando por El Salvador, que el 7 de junio aprobó el texto en mayo con 81 votos favorables, de 84 posibles. Cabe destacar que, en 2019, cuando la Conferencia adoptó la convención, la representación sindical votó a favor de ese país y la empresarial en contra, como es esperable, pero la delegación de gobierno se abstuvo.

Según información emitida por la misma Asamblea Legislativa de ese país, la aprobación de ese y otros convenios de la OIT respondió al “clamor constante de los trabajadores y salda una deuda histórica de 70 años”.

Perú, por su parte, ratificó el convenio al día siguiente con 110 votos favorables, en un congreso con 130 delegados. En México, el convenio fue ratificado el pasado 6 de julio en una votación unánime del Senado, lo que, según Martha Elizabeth Newton, directora general adjunta de Políticas de la OIT, “refleja la sólida voluntad para respetar, promover y asegurar el disfrute del derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, así como para promover el trabajo decente para todos”.

La Asamblea Nacional de Panamá ratificó el mencionado documento el pasado 25 de julio también de forma unánime, tras intensas presiones por parte del movimiento sindical y especialmente de las mujeres trabajadoras.

En estos últimos cuatro países, la entrada en vigor del convenio se dará un año después de la aprobación y en todos el trabajo realizado desde las organizaciones sindicales fue crucial para presionar en favor de esta normativa.

Si bien la vigencia del C190 no significa el fin de las prácticas de acoso, discriminación o violencia en el mundo trabajo, sí brinda herramientas a los y, especialmente, las trabajadoras, para defenderse de estas.

Eso sí, las mismas activistas de los países que han aprobado el convenio afirman que la lucha no termina con su ratificación y que las acciones por erradicar el acoso y la discriminación deben profundizarse en todos los países de la región (ver nota “Uruguay: La lucha contra el acoso no termina con la aprobación del Convenio 190”, en esta misma edición).

Países con la tarea pendiente

Los demás países de la región siguen pendientes de discutir y aprobar el convenio, aunque presentan distintos niveles de avance. 

Además, en algunos países la coyuntura política favorece una posible ratificación en el futuro cercano, pero en otros se requiere más trabajo y presión por parte de los sectores de trabajadores, para hacerlo realidad.

Por ejemplo, en los países centroamericanos que aún no lo aprueban, existe desde el principio una fuerte resistencia de los sectores empresariales que han dicho públicamente que existe un “exceso de normativa sobre acoso”, a pesar de que algunos países carecen de ella completamente.

En Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, hay fuerte apoyo de las organizaciones de trabajadoras y trabajadores y algunos impulsores del convenio dentro de los congresos, pero eso no ha sido suficiente contra el poder del empresariado y en algunos casos, de los gobiernos, por lo que no se han dado avances significativos.

Sin embargo, por ejemplo, en Costa Rica, el pasado primero de agosto, una votación unánime en la Asamblea Legislativa logró darle un segundo aire al expediente N.º 22.569 y devolverlo a la Comisión de Asuntos Sociales para que rinda un nuevo informe, pues en la legislatura pasada recibió un dictamen negativo de mayoría, que recomendaba su archivo.

En Colombia, el reciente cambio de gobierno permite mayores expectativas sobre la aprobación del C190 pues, durante la transición, el equipo de empalme del sector trabajo del presidente Gustavo Petro afirmó que ese y otros documentos de la OIT serían prioritarios. 

Asimismo, la ratificación y aplicación del convenio es una de las demandas que ha venido impulsando la Federación Colombiana de Educadores (FECODE, sindicato afiliado a la IEAL) y la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT Colombia) por lo que es esperable que existan también presiones ciudadanas que lleven a su aprobación.

En Chile el gobierno del Gabriel Boric anunció el pasado 29 de agosto, en un evento en que participaron además la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, y la Canciller Antonia Urrejola, que ratificará el Convenio 190 de la OIT y firmó un proyecto de ley que será remitido al congreso para su aprobación.

En otros países de la región, como República Dominicana, Brasil, Bolivia y Paraguay se han dado avances y retrocesos y se ha mantenido la presión por parte de las organizaciones sindicales, pero hace falta camino por andar para ratificar y posteriormente, implementar el documento, para avanzar en la lucha por un mundo laboral libre de acoso, violencia y discriminación, especialmente para las mujeres.

Lea y descargue la Revista RED 2022 en este enlace y a continuación.

Texto por Daniela Muñoz Solano para la RED de Trabajadoras de la Educación de la IEAL.