Sindicalistas de Uruguay: “La lucha contra el acoso no termina con la aprobación del Convenio 190”

Sindicalistas de Uruguay: “La lucha contra el acoso no termina con la aprobación del Convenio 190”
Uruguay

Protagonistas compartieron sus experiencias de la lucha por la ratificación, implementación y respeto del convenio, desde el primer país en el mundo que lo aprobó

La violencia y el acoso por razones de género en el mundo del trabajo no se erradican con la aprobación de un convenio o con su implementación, pues siempre hay amenazas y la lucha debe continuar, afirman las protagonistas del movimiento ciudadano que logró que en junio del 2020 Uruguay se convirtiera oficialmente en el primer país del mundo en ratificar el Convenio n.º 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre la violencia y el acoso. 

Tanto Elbia Pereira, secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio - Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP) y del Plenario Intersindical de Trabajadores - Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) como María del Milagro Pau, exsecretaria de Género, Equidad y Diversidad del PIT-CNT, coinciden en que, aunque la aprobación del mencionado convenio fue una conquista enorme, la pugna porque los derechos de las mujeres se respeten en todos sus extremos no terminó aún.

En este artículo, ambas sindicalistas señalan las experiencias y acciones pendientes tras un proceso de años que aseguran “aún está en riesgo”. Además, comparten lecciones importantes para las y los activistas de otros países que se encuentran en proceso de discusión del C190.

QUEBRANDO TECHOS DE CRISTAL

Elbia Pereira ocupa una de las sillas más importantes del sindicalismo en Uruguay y es la primera mujer en sentarse en esta. Según cuenta, desde noviembre del 2021, el Congreso del PIT-CNT (única central sindical del país) le confió la responsabilidad de la Secretaría General, con lo que se convirtió en la primera mujer en liderarla. Además, está en la dirigencia de la FUM-TEP, desde el año 2012, a cargo de la Secretaría General.

Maestra de profesión, su trayectoria sindical comenzó en los años ochenta cuando se vinculó a la Secretaría de Cultura de un sindicato de base del Magisterio en el interior del país, a 300 kilómetros de Montevideo, la capital. Desde entonces, su militancia sindical se fue volviendo más y más importante y, en el 2010, fue electa para integrar el Secretariado Ejecutivo de la Federación Uruguaya de Magisterio y, más tarde, en cuatro elecciones consecutivas la han elegido para encabezar la organización.

Elbia Pereira
Presidenta FUM-TEP y Secretaria General del PIT-CNT Uruguay

A la Red de Trabajadoras de la Educación de la IEAL, recuerda, se integró en la segunda Conferencia Mundial de la Mujer de la Internacional de la Educación (IE), que tuvo lugar en Irlanda en el 2014.

Su sindicato, dice, tiene la particularidad de ser mayoritariamente de mujeres, por lo que las vivencias que muchas mujeres enfrentan sistemáticamente tanto en sus ámbitos laborales como familiares, como sindicales, “a nosotros y a nosotras nos resulta lo cotidiano”.

“De la Federación del Magisterio, que tiene 25.000 afiliados aproximadamente, la dirección somos quince, de las cuales doce somos mujeres, entonces, por un tiempo no entendimos la necesidad de la creación de una Secretaría de la Mujer o un Departamento de la Mujer, trabajábamos el tema en comisiones, lo teníamos presente, pero no de esa manera. Ahora, con estas nuevas experiencias en la central, se me hace clarísimo”, comenta.

María del Milagro Pau, por su parte, comenzó a militar sindicalmente durante la dictadura, a los quince años, hace más de cuatro décadas, y desde los 23 años es dirigente nacional del sindicato bancario del Uruguay.

En el 2015, pasó a formar parte de los representantes del PIT-CNT, donde ocupó la Secretaría de Género por nueve años, que dejó hace apenas seis meses y que fue crucial en la lucha por la aprobación del C190.

Para ella, la importancia de que las mujeres estén en puestos de liderazgo y de que los sindicatos impulsen sus luchas es especialmente importante, pues le da una fuerza especial a las causas, como se la dio a la carrera por aprobar el convenio de la OIT.

Para Elbia, la experiencia de ocupar un puesto que ha estado tradicionalmente ocupado por hombres ha sido “impactante, indudablemente”. 

“En el año 2013, yo era integrante de la Dirección. Éramos ocho mujeres de 43 integrantes. Desde ahí fue que empecé a formarme, a entender la necesidad del empoderamiento de las mujeres en los lugares de liderazgo, porque, incluso, si no recuerdo mal, en el congreso de la central de ese año, la fotografía del Secretariado Ejecutivo era solo varones. Eso fue un impacto muy grande, que hizo que las mujeres golpeáramos la mesa y dijéramos: acá estamos, ocupemos los lugares donde debemos estar”.

El trabajo como líder del PIT-CNT, dice, es complejo pues al haber solo una central de trabajadores se debe intentar equilibrar todas las voces, así sean minoritarias. “Es un trabajo arduo, difícil de llevar adelante, muy difícil, es un trabajo que se siente solo. Eso sí, en estos últimos años, con el impulso del tema del convenio 190 y el crecimiento de la Secretaría de Género fuimos evolucionando al colocar el tema de género, todo el movimiento sindical se sumó a la causa para empujar al gobierno a la aprobación del convenio”.

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Un gobierno “progresista”, un movimiento social activo y fuerte, así como una coyuntura política y un contexto histórico favorables hicieron que Uruguay se convirtiera, en enero del 2020, en el primer país en el mundo en ratificar el C190, adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo apenas siete meses antes, en junio del 2019.

“Había un gobierno progresista, cuando se logra que el Uruguay ratifique el Convenio 190. La coyuntura política era favorable. Había una mirada de un gobierno de izquierda que era sensible a los temas de las mujeres y en las organizaciones sociales también se sentía la necesidad de que las mujeres ocupáramos los lugares de liderazgo”, dice Elbia.

Sin embargo, asegura, el favor del gobierno no hubiera bastado, si el movimiento sindical en su conjunto no hubiera impulsado la causa. “Aquí resalto el papel de ellos (otros sindicatos mayormente masculinos) como el de nosotras, que, desde la rama de educación, donde somos la mayoría, mujeres golpeamos la mesa y empujamos con mucha fuerza, junto con los movimientos feministas. Había una sola voz. Nos unía la necesidad de visibilizar a las mujeres, de ir avanzando y que Uruguay ratificara este convenio para seguir trabajando en todo lo que falta, porque es indudable que en materia laboral y de relaciones laborales falta”.

María del Milagro Pau, explica que, además, Uruguay tenía trabajo adelantado cuando empezó la discusión del convenio 190. La dirigente cuenta que, siendo representante en la dirección de la central, también formó parte de una entidad en la cual había representantes del gobierno, de las empresas y de la parte sindical, donde, en conjunto con la ministra de la Mujer del momento, impulsaron la Ley Integral contra la Violencia hacia la Mujer. 

“Nos llevó más de un año armar esa ley y que entrara al Parlamento, que tuviera sus idas y venidas y sus cambios, pero, por fin, fue aprobada y tenía muchos elementos referentes al tema de la violencia, la discriminación, tanto en el ámbito laboral como en el ámbito familiar hacia la mujer. Entonces, ya había un antecedente importante referente en Uruguay antes de la aprobación del Convenio 190 y había también otra ley que fue aprobada en el mismo año sobre acoso sexual”, recuerda.

Pau dice que disposiciones del Convenio eran fundamentales, pues implicaban “construir un nuevo mundo dentro del mundo del trabajo” y que ser el primer país del mundo en aprobar el convenio es motivo de gran orgullo, especialmente porque se hizo “con una patronal en contra”.

“Por supuesto que los empresarios votaron en contra, pero teniendo el apoyo del Ministro de Trabajo en ese momento y del gobierno que teníamos en Uruguay, logramos aprobarlo. Evidentemente para nosotros es sumamente importante, porque, en el enfoque integrado que tiene este convenio, está también todo lo relativo a la seguridad y la salud del trabajo, no solamente el tema de la no violencia, sino que está la salud, la seguridad, la igualdad, la no discriminación, la migración, el respeto hacia los migrantes, etc.”, indica. 

En el caso uruguayo, agrega Elbia, también fue una gran ventaja la existencia de una única central sindical pues el movimiento defiende a ultranza la importancia de la unidad. “Dejamos la vida en esto porque para nosotros es fundamental la unidad y la lucha de todos los trabajadores y trabajadoras con las causas y la diversidad de tácticas que podamos definir. Es lo que nos hace fuertes”.

De su experiencia, dice, se derivan lecciones importantes para otros países que aún se encuentran en el proceso de discusión del convenio. “En la campaña de la aprobación del convenio es necesario que los países hagan el mayor esfuerzo, que las mujeres hagamos el mayor esfuerzo, pero que los varones también hagan el esfuerzo y que reconozcan que los derechos de las mujeres son necesarios para la construcción de la ciudadanía”, indica.

Eso sí, admite que el proceso es largo y así como tiene victorias, ha tenido fracasos y frustraciones que, sin embargo, las ha hecho más fuertes. “Eso nos ayuda a fortalecernos, a reconocernos como mujeres, a escuchar más, a escuchar a la otra en lo que vive, en lo que siente, en lo que necesita. Yo creo que eso es una fortaleza de las mujeres y que eso ayuda a posicionarse en determinados lugares”. 
Según las activistas, otra de las particularidades que dio energía a la causa en Uruguay fue la acumulación de fuerza femenina de las organizaciones.

Por ejemplo, el FUM-TEP ha sido, según Elbia Pereira, un sindicato en el que las mujeres han sido protagonistas y que dieron, junto con otras organizaciones, fuerte impulso a la causa. “Yo creo que el hecho de que las mujeres vayamos caminando hacia tener más lugares de liderazgo, me parece que fue fundamental”, dice.

Además, el cambio ha empezado a caminar en dirección de la igualdad a nivel general y hoy en la mesa representativa del PIT-CNT, tiende más a la paridad. Según cuenta, “ahora, en las discusiones en el Secretariado Ejecutivo, ya, a veces, cuando se forman las delegaciones, algún compañero tiende a pedir la paridad, no siempre somos las mujeres las que tenemos que estar peleando por la paridad, sino que algunos compañeros, aunque no son todos, están viendo la necesidad de pensar en las mujeres para llevar adelante determinadas responsabilidades”. 

“Todavía falta mucho, todavía nos falta un montón, pero vamos caminando”, resume Pereira.

CAMINO POR ANDAR

Para Pereira, es importante que todas las organizaciones de trabajadores sepan que la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres no se acaba con la aprobación de un convenio, por más que este incluya normas importantes, como el C190.

Por ejemplo, dice, Uruguay sentó un precedente al ser el primer país en ratificar la legislación, pero “ahí se quedó”, pues no se ha dado la reglamentación del convenio y las condiciones favorables que impulsaron su aprobación cambiaron. 

“Estamos en un gobierno de coalición donde algunos socios no tienen ese nivel de acuerdo en cuanto a los derechos y el lugar de las mujeres, e inclusive son totalmente contrarios a estos derechos de las mujeres que ahora vemos que se van perdiendo. Con este gobierno estamos perdiendo derechos”, comentó.

Pau cuenta que cuatro meses después de la aprobación hubo cambio de gobierno por uno de derecha “totalmente neoliberal” por lo que los convenios ratificados y otras leyes previas se están incumpliendo.

“Es más, el actual ministro de Trabajo está impulsando un proyecto de ley que introduce que es imposible dar cumplimiento a la totalidad del Convenio 190 y pide al Parlamento fragmentar el convenio así”, cuenta.

Desde lo sindical, dice, se está buscando la manera de garantizar el cumplimiento del Convenio 190. “Obviamente que estamos hablando con parlamentarios, activando las redes sociales, con los diferentes grupos feministas y organizaciones sociales cooperativistas, de ayuda, de vivienda, de todo tipo, para de alguna manera dar marcha atrás con ese proyecto de ley. Es el convenio 190, no se puede violar y aprobar algo diferente es violentarlo, si esto se aprobara lo vamos a denunciar en la próxima conferencia”, aseguró.

  • “El hecho de ratificar el convenio no es suficiente, no basta con la ratificación de un convenio si después no se va a llevar adelante o si cambian los gobiernos” - Elbia Pereira.

Pereira asegura que uno de los objetivos principales en la actualidad es la defensa de la Ley de Negociación Colectiva que permite que las organizaciones y, por ende, las mujeres que las integran, puedan sentarse a negociar sobre sus convenios laborales, es decir, no solo sobre los salarios, sino también por medidas de la protección de las mujeres como licencias de embarazo, lactancia y enfermedades propias de la mujer.

“El hecho de ratificar el convenio no es suficiente, no basta con la ratificación de un convenio si después no se va a llevar adelante o si cambian los gobiernos, hoy a nosotros nos toca un gobierno neoliberal y estamos en una situación de resistencia por la no pérdida de derechos que se desprenden del Convenio 190 y de todos los avances que hemos tenido. Es lamentable, pero son tiempos difíciles para el Uruguay, al movimiento sindical y a las mujeres nos toca estar en guardia. El cambio cultural toma tiempo, los procesos son largos, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados y mucho menos retroceder”.

Además, afirma, este es un momento complejo para Uruguay, pues la Secretaría de Género del PIT-CNT está impulsando un documento en el cual hay iniciativas sobre la reglamentación hacia el Convenio 190 y es necesario que se avance en ese sentido.

“Haciendo una síntesis, el Uruguay ha tenido avances sustantivos en materia de derechos y de igualdad de género hacia las mujeres, pero tenemos un deber hacia adelante y hay mucho para hacer en esta materia. El país debería avanzar mucho más de lo que está haciendo en este momento, claramente tenemos un freno puesto y a la vez, el empuje de vientos de retroceso que hacen que el movimiento sindical esté en una actitud de resistencia”, comentó.

Pau afirma que las leyes y los convenios ratificados tanto a nivel nacional como internacional son caminos válidos para una movilización y una lucha, pero que es importante que las personas trabajadoras estén alerta pues siempre va a haber una excusa para incumplir algo que sea a favor de los trabajadores. “Siempre va a estar la derecha y siempre la patronal para decir que no puede cumplir determinadas cosas”.

“Para que las y los compañeros puedan defender sus derechos, tienen que conocerlos. Por eso lo más importante es formar y educar, que sepan lo que tienen para poder exigirlo”, comentó.

Pau concluye que, si bien es importantísimo aprobar el convenio 190 en toda la región, con la aprobación “esto recién empieza porque nos pone más enfrentados a los empresarios y a las patronales que están obligados a cosas que no quieren hacer. Por lo tanto, la lucha va a ser el doble para hacérselas cumplir. Entonces, no se puede descansar, ahora empieza todo el trabajo de estar día a día permanentemente en alerta para que se cumpla”.

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Texto por Daniela Muñoz Solano para la RED de Trabajadoras de la Educación de la IEAL.