25 de noviembre – Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Actualmente, se registra un interés global generalizado en torno al acoso sexual y abusos hacia mujeres de toda condición social, tanto en la esfera pública como en la privada, como lo evidencia la campaña en las redes sociales #YoTambién (#MeToo). Centrando la atención mundial en estas cuestiones, #MeToo potencialmente marca un ‘punto de inflexión’, y abre la posibilidad para que todas las sociedades den un enorme salto en la lucha para hacer frente de manera significativa a la violencia de género, el acoso y el abuso.
Como todas las formas de violencia de género, la violencia en las instituciones educativas o sus alrededores se expande a través de normas y estereotipos de género fuertemente arraigados, e impuestos por una dinámica desigual de poder. Dicha violencia tiene lugar en todos los países del mundo y afecta a millones de estudiantes, trabajadoras y trabajadores de la educación y personal educativo, quienes pueden ser tanto víctimas como personas perpetradoras de distintas formas de violencia dentro del entorno educativo y sus alrededores. Por consiguiente, esta violencia representa tanto una violación al derecho de la niñez a aprender en seguridad, como una violación del derecho de docentes y el personal de apoyo educativo a trabajar con seguridad.
En 2016, marcamos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer pidiendo a los gobiernos que apoyasen una norma vinculante de la Organización Internacional de Trabajo OIT –un Convenio complementado por una Recomendación– sobre La violencia y el acoso contra las mujeres y los hombres en el mundo del trabajo. Ese objetivo aún no se ha alcanzado, por lo que los sindicatos de la educación debemos continuar nuestros esfuerzos de presión.
Los sindicatos de la educación estamos en una posición única para actuar
La oleada de revelaciones de abusos, también genera un momento crítico para el movimiento sindical, y debemos tomar la iniciativa con nuestras acciones y nuestro ejemplo. Un Convenio y una Recomendación de la OIT sobre la violencia de género y el acoso en el lugar de trabajo brindarán una orientación clara e integral sobre los tipos de leyes y políticas específicas que se necesitan para hacer frente y prevenir la violencia, el acoso y el abuso dentro y en torno a los centros educativos, al igual que en otros lugares de trabajo.
Todos los tipos de violencia de género, como sabemos, frenan el rendimiento en el trabajo y la productividad, y pueden impedir la participación de las personas en el mercado de trabajo. Para nosotras y nosotros, educadores, el impacto negativo y de gran alcance de la violencia de género dentro y en torno a los centros educativos se extiende también a estudiantes hacia quienes debemos un deber de cuidado.
El Objetivo 4 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (ODS4) establece un programa audaz y ambicioso: una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. El ODS4 pide además que se ofrezcan ‘entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todas y todos’ (ODS4.a).
Exhortamos, una vez más, a todas las organizaciones miembros de la IE y a sus respectivos miembros a presionar a su Parlamento/Asamblea Nacional con mira a obtener el apoyo de sus respectivos gobiernos para la adopción de un Convenio de la OIT complementado por una Recomendación en relación con la violencia de género en el lugar de trabajo.